martes, 17 de mayo de 2016

¿que nos hace pensar que la persona que elegimos es la definitiva, que nos lleva a pensar que es la definitiva para toda la vida?, y lo que es más, que nos impulsa a aferrarnos a la idea de que tiene que ser así para toda la vida?. Puede que que sea amor, pero el propio, más entendido como orgullo, más que el amor real, lo que nos ancle a una idea, errónea, difusa, y equivocada, de lo que es el amor, con mayúsculas, por encima dela amor propio. Porque el amor cuando es con mayúsculas, está por encima del amor propio, está por encima de la razón, y más allá de toda creencia, y por este motivo, es cobarde en si mismo. Aun sigo teniendo goteras en mi tejado, las mismas que en mi corazón, las mismas que en mis perspectivas. Porque no todo puede ser racionalidad, ni pensamiento a futuro. Porque algún día me gustaría perder la cabeza, sin pensar lo que vaya a ocurrir mañana. Este es un grito a la libertad, y así debe ser entendido, pero como buen canto a la libertad, que cada uno lo interprete como mejor le parezca.